domingo, 31 de julio de 2011

Para qué me sirve la Inteligencia Emocional?



Las sociedades modernas viven en torno a la inteligencia,  los padres   anhelan educar hijos inteligentes, profesionales,  y desde este ángulo se abre todo un mundo de alternativas  con respecto a la inteligencia; la inteligencia artificial   revoluciona   la computación   y la tecnología,  atribuyendo una cualidad  reservada celosamente  a la especie humana, pero actualmente atribuida a objetos inanimados.   Los tiempos en que vivimos necesitan  cada día más de la inteligencia,  ya no es de gran utilidad la capacidad de resolver difíciles ecuaciones matemáticas, eso no basta,  ahora se necesita ser emocionalmente inteligente.   Es más  útil  a veces saber callar ante una persona que se encuentra descontrolada  y no entregarle un cúmulo de razones para hacerla ver que está equivocada, y   también saber dirigir esas emociones sin reprimirlas  evitando generar  angustias   y represiones posteriores.  

Las investigaciones en el ámbito  de la inteligencia emocional han llevado a los investigadores a  realizar estudios neurológicos para encontrar respuestas científicas  a las interrogantes  que se plantean en la actualidad; de ellas la inquietud más interesante  podría ser:  ¿Qué es lo que diferencia a los hombres y mujeres de éxito de aquellos que no los son? ¿Si hombres y mujeres realmente inteligentes con un cociente intelectual alto, no consiguen el éxito esperado y pronosticado por sus padres y  profesores que los vieron crecer hasta la etapa adulta?.   Son tiempos difíciles para aquellos que se deciden a buscar un empleo y aún siendo profesionales universitarios,  se encuentran con la sorpresa de que la organización  que recluta personal necesita un perfil   psicológico totalmente distinto de  aquel que ellos poseen, así encontramos en los periódicos de hoy anuncios con estos requerimientos:  Se necesita personal calificado,  con disponibilidad, iniciativa,  capacidad de trabajo en equipo,   buenas relaciones  interpersonales, adaptación al cambio,  influencia  y  liderazgo positivo, manejo de conflictos, comunicación efectiva  y eficaz,  en fin, por mencionar alguna de ellas.

Frente a este perfil   las personas calificadas pero poco seguras de sus capacidades  no insistirán en presentarse a una entrevista,  ni menos enviar su currículum.   Esta es la forma más   sutil de seleccionar personal, apuntando a  cualidades   emocionales de  los seres humanos.  



Hace un tiempo se realizaron estudios  que pretendían encontrar una respuesta biológica a la agresividad, para ello se sometieron a análisis   aquellos criminales   que no demostraban ningún arrepentimiento ante los hechos de su autoría, el resultado fue clarificador,  la mayoría de aquellos individuos  presentaba en un tac neuronal gran parte de su masa cerebral destruida, lo que  influía en sus emociones y en la capacidad de sentir empatía  por los demás,  por lo que  cometían sus crímenes con el menor arrepentimiento,  mostrándose  fríos ante sus víctimas.

Algunos de estos hechos crueles recorren el mundo  y se presentan a nuestros ojos   como horrendos,   increíbles  y poco humanos, pero en realidad son cometidos por personas, muchas de ellas seguramente con un cociente intelectual normal  y en ocasiones alto.  

Los trabajos realizados en el área de la Inteligencia emocional pretenden dividir la inteligencia, reconocida por todos como aquella que nos permite desarrollarnos intelectualmente con eficacia en alguna tarea  que implique habilidades intelectuales, de aquella inteligencia relacionada con el manejo de las emociones: autoestima, seguridad en sí mismo, sentido del humor, tolerancia al fracaso, entre otras, cuando ambas deben actuar en una persona de manera simultánea, aunque  en algunos individuos  se deja entrever  una de ellas por sobre la otra, pero eso no significa que este individuo carece  de las cualidades  que nos distinguen  como  personas.

La inteligencia emocional la reconocemos en la antigüedad  valorada como una cualidad en el ser humano, obviamente no con este término, pero  si recordamos la vida de los griegos, ellos  valoraban la sabiduría por sobre todas  las cosas, de hecho los sabios más reconocidos de la Hélade eran filósofos, personas prudentes, pacientes, sabias  y tolerantes.

La sabiduría en otras palabras, viene a ser lo que conocemos  actualmente  como inteligencia emocional,  en el párrafo que leemos a continuación visualizamos rasgos  de una persona emocionalmente inteligente:   “ Cualquiera puede ponerse furioso..... eso es fácil.  Pero, ponerse furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto  y de la forma correcta...  eso no es fácil”. -  Aristóteles.

Desde ese punto de vista recordemos algún episodio de nuestra vida en el cual  perdimos el control de una situación, seguramente  al cabo de unos minutos, horas o tal vez días,  nos hayamos arrepentido de nuestro actuar,   quienes han solicitado disculpas correspondientes pidiendo de alguna manera  enmendar el error, han puesto en marcha una  cualidad  de las personas emocionalmente inteligentes, la capacidad de reconocer errores,  quienes  no lo han hecho  y han justificado su actuar  diciendo que fueron totalmente agredidas  o de alguna forma empujadas a reaccionar así, tendrán que repasar algún decálogo de los que se encuentran de moda hoy en día para lograr éxito en sus relaciones  interpersonales.

La inteligencia Emocional ha sido tema obligado en todos los sectores  laborales,  esto se debe  al gran éxito de  D. Goleman  al publicar  su Best Seller   “Inteligencia Emocional”  en 1995   el interés por el tema creció enormemente, aunque este no fue el primero  en preocuparse  por  definir  esta área de la inteligencia, pero sí fue el de mayor  difusión y marketing  y además de aceptación  por los lectores de todo el mundo,  Goleman con un lenguaje sencillo  llega a  distintos segmentos de la Población  y seguramente ese es un factor,  de los muchos que avalan su rotundo éxito, en todo caso, es bueno mencionar que en  1920 Thorndike  definía  lo que se relacionaba con el control de las emociones. 



En las organizaciones, se habla de organizaciones inteligentes, de mentes colectivas, de aprendizajes sociales, destacando  una cualidad básica del hombre:  El ser gregario por excelencia.   Sin ir más lejos los investigadores reconocidos en el área han clasificado las inteligencias, es el  caso de  Howard Gadner, Profesor de la Universidad de Harvard, él clasifica la inteligencia en 7 tipos bien definidos:  Inteligencia Lingüística, Inteligencia lógica, Musical, Visual, Kinestésica, Interpersonal e Intrapersonal, estas dos últimas relacionadas con la Inteligencia Social.

En general podemos reconocer que en múltiples áreas de nuestra vida, necesitamos no sólo herramientas intelectuales, sino herramientas emocionales y sociales.

La Inteligencia Emocional se posiciona como uno de los campos de más amplio estudio y aplicación para profesionales de cualquier disciplina, que busquen algo más que una vida limitada, es una gran herramienta para quienes buscan el éxito.

A continuación uno de los Coach mas reconocidos del mundo Anthony Robbins, nos cuenta que pilares son necesarios para tener éxito profesional y personal.



Sigue adelante por tu Éxito!!

Con cariño


@EdwarGuisao
Asesor en Emprendimiento e Inteligencia Emocional

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Tomado de: inteligencia-emocional.org

viernes, 22 de julio de 2011

Cómo Educar un Hijo Próspero?


Los seres humanos poseemos creencias. Estas, son afirmaciones que nos hacemos a nosotros mismos, que aceptamos como verdaderas e influyen en nosotros, sean ciertas o nó y nos afectan en todas nuestras dimensiones, inclusive en nuestra dimensión financiera.

Las creencias que nos sirven como recursos y nos benefician, se relacionan con la Cultura de Prosperidad, mientras que las creencias que nos limitan, nos frenan y nos perjudican, tienen que ver más con la Cultura de Pobreza.

Recordemos:

La Cultura de Pobreza, hace referencia a mantener un sentimiento duradero y profundo de escasez que genera angustia, temor, inseguridad. También es un proceso que implica: a) No darse cuenta de los recursos que se poseen; b) Mantener una actitud negativa hacia la vida y hacia lo que posee, la cual lleva a la persona a quejarse, criticar, envidiar, culpar a los demás de su situación y pensar que no tiene control sobre la misma, y c) Manejar inadecuadamente los recursos (pocos o muchos) que se poseen, entre ellos, el dinero.

La Cultura de Prosperidad, es un sentimiento duradero y profundo de abundancia, que genera paz, tranquilidad, seguridad y felicidad. También es un proceso que implica: a) Ser consciente de los recursos que se poseen, b) Mantener una actitud positiva hacia la vida y hacia lo que posee, la cual permite a la persona disfrutar lo que tiene, sentir abundancia y seguridad en sí misma y en el entorno y c) Manejar adecuadamente los recursos (pocos o muchos) que se poseen, entre ellos el dinero.



Parte de la formación financiera que demos a los niños y niñas, implica trabajar las creencias y transmitirles aquellas que los acerquen a la Cultura de Prosperidad.

¿Qué actividades podemos realizar con los(as) niños(as) para enseñarles creencias de Prosperidad?

El primer paso para enseñar creencias de Prosperidad a los niños y niñas, es tener nosotros como adultos, creencias de Prosperidad. Así como podemos identificar las creencias a través del lenguaje y a través de nuestro comportamiento, también podemos cambiar en nosotros aquellas creencias que nos alejan de la Cultura de Prosperidad, modificando nuestro lenguaje y nuestro comportamiento.

A continuación presento algunas actividades que Usted puede realizar cono los niños y niñas, que los guíen en el propósito de desarrollar Creencias de Prosperidad.

1. Actividades para que los niños y niñas desarrollen Creencias de Adecuación. Tenemos estas creencias cuando creemos que contamos con opciones, talentos, posibilidades o modos de manejar situaciones y que podemos encontrar solución, aun a eventos difíciles:

- Cuando le pida al niño(a) que realice una actividad, evite decirle: “tienes que…”, dígalo de manera que no genere una actitud de obligación y carga. Ej. En lugar de decir: “Tienes que estudiar”, diga algo como: “Estudia y verás que te parecerá fácil de entender”.

- Evite quejarse con el(la) niño(a) diciendo cosas como: “Estoy cansado, mi trabajo es agotador”, diga algo como: “Estoy satisfecho pues hice todo lo que me correspondía”.

- Cuando el(la) niño(a) tenga el reto de hacer algo que le parece difícil, invítelo(a) a idearse maneras fáciles de hacerlo. Felicítelo(a) por sus ideas.

2. Actividades para que los niños y niñas desarrollen Creencias de Responsabilidad Interna. Consisten en creer que somos responsables de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Nada ni nadie puede inmovilizarnos, entristecernos, irritarnos, angustiarnos, etc., sin nuestro consentimiento.

- Como decía en un artículo anterior, enseñe al niño(a) a expresar sus pensamientos, sentimientos y acciones, desde él mismo. Por ejemplo: “Yo pienso…”, “Yo siento…”, Yo hice…”.

- Cuando el niño o niña le eche la culpa a otra persona, de algo en lo que él/ella participó, pregúntele: “Y tú, cómo interviniste en esta situación?”

- Nárrele al niño(a) cuentos infantiles (Ej. Caperucita Roja) y realice preguntas sobre la responsabilidad de cada personaje en el desenlace de la narración. Por ejemplo: “Qué hizo la mamá de Caperucita para que el cuento terminara así?”, “Qué hizo Caperucita para que el cuento terminara así?”, ““Qué hizo el lobo para que el cuento terminara así?”, “Qué hizo la abuelita de Caperucita para que el cuento terminara así?”. Señale que “la culpa” de lo que pasa en una situación, no la tienen los demás, sino todos, pues cada uno contribuye de alguna manera a que se dé dicha situación.

3. Actividades para que los niños y niñas desarrollen Creencias de Merecimiento. Se reflejan cuando pensamos que hemos sido creados para ser felices, para amar y ser amados, para obtener y disfrutar las cosas buenas de la vida. Las merecemos por el solo hecho de haber sido invitados a este mundo y estar vivos:

- Como padre o docente, exprésele al niño(a) de diferentes maneras que lo(a) quiere, que es importante y que él está en este mundo para hacer algo especial.

- Cuando el(la) niño(a) realice una actividad, céntrese en lo positivo de lo que el niño o niña haya hecho y felicítelo(a). Por ejemplo: “Qué bueno que eres persistente y terminas lo que comienzas”, “Al dedicarle tiempo a esta actividad, lograste este resultado tan bonito”, “Me imagino que te sientes muy bien. Te lo mereces por tu dedicación”.

- Juegue con el niño(a) a encontrar diferentes razones por las que merece ser feliz.

4. Actividades para que los niños y niñas desarrollen Creencias de Fluidez. Estas creencias se reflejan cuando estamos plenamente convencidos que lo que ha de ser para nosotros lo será y nos llegará en el momento y lugar oportunos sin luchar, sin pelear, sin esfuerzo. Lo que ha de ser para otros, para ellos será de la misma manera. El universo es abundante y fluye hacia nosotros cuando así lo permitimos. Los errores y equivocaciones son nuestros maestros:

- Como padre o docente, señale frecuentemente al niño(a) sus cualidades, fortalezas y/o talentos. Muéstrele cómo cuando él/ella usa esas fortalezas, las cosas resultan más fáciles.

- Observe con el(la) niño(a) alguna telenovela, en la cual los personajes “pelean” por el amor de alguien, por tener algo que otros poseen, por sobresalir por encima de otros. Analice con el(la) niño(a) esos comportamientos y resalte que en el mundo no es necesario pelear por las cosas, ni por las personas. Explíquele que lo que va a ser para él/ella lo obtendrá de manera fluida igual que lo que va a ser para otras personas, para ellas será.

- Enséñele al niño(a) que existe abundancia en el mundo para todos y que él/ella merece y puede tener acceso a esa abundancia, si así lo cree y actúa en forma correcta para lograrlo.

5. Actividades para que los niños y niñas desarrollen Creencias de Unidad. Consisten en estar plenamente convencidos que somos una unidad con los demás, con el Universo y con un Ser Superior y que al participar del todo, generamos unión y bienestar. Son señales de unidad la buena voluntad, el amor, la sonrisa, el alabar a otros, la risa, la esperanza, la felicitación generosa, el compartir:

- Cuando usted “pierda” en cualquier situación, mientras otra persona “gana”, dé ejemplo al niño(a) y sea “buen perdedor”, felicitando a quien ganó, resaltando las cosas positivas que tiene el ganador, asumiendo que muchas veces se gana, otras no. Lo importante es aprender, disfrutar y ayudar en lo que pueda, a quien ganó.

- Cuando el(la) niño(a) critique a una persona por ser diferente, dígale que todos los seres humanos están aquí para enseñarnos algo. Pregúntele: “¿Qué puedes aprender de esta persona?”

- Invite al niño o niña a pensar en un compañero del colegio a quien los demás molestan o quien está solo(a). Pregúntele cómo puede él/ella ayudarle a ese niño(a) a integrarse o sentirse bien. Anímelo(a) a que lleve a cabo su idea.

Ahora la pelota está en su cancha, la siguiente pregunta es, qué hará con esta información?

Genere sentimientos de confianza y de coraje en sus hijos. Fortalezca su identidad personal, de elementos sólidos para que logre siempre sus metas. Siéntase próspero y trasmítalo... enseñe a CREER y a CREAR.


Sigue adelante por tus finanzas y por tu familia

Con aprecio


@EdwarGuisao
Asesor en Emprendimiento e Inteligencia Emocional

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Tomado de: www.finanzaspersonales.com.co

martes, 5 de julio de 2011

Los Cuatro Acuerdos y El Poder de las Palabras



Este maravilloso libro de saliburia Tolteca, nos habla un camino espiritual guiado por este ancestral pueblo.

En su introducción, el Dr Miguel Ruiz cuenta:

Espejo Humeante

Hace tres mil años había un ser humano, igual que tú y que yo, que vivía cerca de una ciudad rodeada de montañas. Este ser humano estudiaba para convertirse en un chamán, para aprender el conocimiento de sus ancestros, pero no estaba totalmente de acuerdo con todo lo que aprendía. En su corazón sentía que debía de haber algo más.

Un día, mientras dormía en una cueva, soñó que veía su propio cuerpo durmiendo. Salió de la cueva a una noche de luna llena. El cielo estaba despejado y vio una infinidad de estrellas. Entonces, algo sucedió en su interior que transformó su vida para siempre. Se miró las manos, sintió su cuerpo y oyó su propia voz que decía: «Estoy hecho de luz; estoy hecho de estrellas»

Miró al cielo de nuevo y se dio cuenta de que no son las estrellas las que crean la luz, sino que es la luz la que crea las estrellas. «Todo está hecho de luz –dijo–, y el espacio de en medio no está vacío.» Y supo que todo lo que existe es un ser viviente, y que la luz es la mensajera de la vida, porque está viva y contiene toda la información.

Entonces se dio cuenta de que, aunque estaba hecho de estrellas, él no era esas estrellas. «Estoy en medio de las estrellas», pensó. Así que llamó a las estrellas el tonal y a la luz que había entre las estrellas el nagual, y supo que lo que creaba la armonía y el espacio entre ambos es la Vida o Intento. Sin Vida, el tonal y el nagual no existirían. La Vida es la fuerza de lo absoluto, lo supremo, la Creadora de todas las cosas. Esto es lo que descubrió: todo lo que existe es una manifestación del ser viviente al que llamamos Dios; todas las cosas son Dios. Y llegó a la conclusión de que la percepción humana es sólo luz que percibe luz. También se dio cuenta de que la materia es un espejo –todo es un espejo que refleja luz y crea imágenes de esa luz–, y el mundo de la ilusión, el Sueño, es tan sólo como un humo que nos impide ver lo que realmente somos. «Lo que realmente somos es puro amor, pura luz», dijo.

Este descubrimiento cambió su vida. Una vez supo lo que en verdad era, miró a su alrededor y vio a otros seres humanos y al resto de la naturaleza, y le asombró lo que vio. Se vio a sí mismo en todas las cosas: en cada ser humano, en cada animal, en cada árbol, en el agua, en la lluvia, en las nubes, en la Tierra... Y vio que la Vida mezclaba el tonal y el nagual de distintas maneras para crear millones de manifestaciones de Vida.

En esos instantes lo comprendió todo. Se sentía entusiasmado y su corazón rebosaba paz. Estaba impaciente por revelar a su gente lo que había descubierto. Pero no había palabras para explicarlo. Intentó describirlo a los demás, pero no lo entendían. Vieron que había cambiado, que algo muy bello irradiaba de sus ojos y de su voz. Comprobaron que ya no emitía juicios sobre nada ni nadie. Ya no se parecía a nadie. El los comprendía muy bien a todos, pero a él nadie lo comprendía. Creyeron que era una encarnación de Dios; al oírlo, él sonrió y dijo: «Es cierto. Soy Dios. Pero vosotros también lo sois. Todos somos iguales. Somos imágenes de luz. Somos Dios». Pero la gente seguía sin entenderlo.

Había descubierto que era un espejo para los demás, un espejo en el que podía verse a sí mismo. «Cada uno es un espejo»...

Asi inicia un revelador viaje hacia la sabiduría ancestral de este pueblo mejicano. En su desarrollo el libro revela los cuatro acuerdos que cada uno debemos procurar para lograr una vida plácida, equilibrada y feliz.

El Primer Acuerdo: Sé impecable con tus palabras
El Segundo Acuerdo: No te tomes nada personalmente
El Tercer Acuerdo: No hagas suposiciones
El Cuarto Acuerdo: Haz siempre tu máximo esfuerzo

Asi pues, tenemos aquí una guía de la buena vida, cortesía de la investigación del Dr Ruiz decendiente del Pueblo Tolteca que recomendamos en una espiritual, profunda y reflexiva lectura.

Los dejamos con el siguiente aparte:

Haz el favor de tomarte unos instantes para cerrar los ojos, abrir tu corazón y sentir todo el amor que emana de él.
Quiero que repitas mis palabras en tu mente y en tu corazón, y que sientas una conexión de amor muy fuerte. Juntos, vamos a pronunciar una oración muy especial para experimentar la comunión con nuestro Creador.
Dirige tu atención a tus pulmones como si sólo existiesen ellos. Cuando tus pulmones se expandan, siente el placer de satisfacer la mayor necesidad del cuerpo humano: respirar.
Haz una inspiración profunda y siente el aire a medida que va entrando en tus pulmones. Siente que no es otra cosa que amor. Descubre la conexión que existe entre el aire y los pulmones, una conexión de amor.
Llena tus pulmones de aire hasta que tu cuerpo sienta la necesidad de expulsarlo. Y entonces, espira y siente de nuevo el placer, porque siempre que satisfacemos una necesidad del cuerpo, sentimos placer. Respirar nos proporciona un gran placer. Es lo único que necesitamos para sentirnos siempre felices, para disfrutar de la vida. Estar vivos es suficiente. Siente el placer de estar vivo, el placer del sentimiento del amor...

Sigue adelante por tu Bienestar

Con aprecio


@EdwarGuisao
Asesor en Emprendimiento e Inteligencia Emocional

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